
Queridas familias,
Nuestra primera semana de Experience Toronto ha pasado rápida como un cohete y es que ¡No hemos tenido tiempo ni de apenas darnos cuenta!
La semana comenzó con las pruebas de nivel en la escuela y con un paseo por la ciudad, para que los estudiantes aprendiesen a ir al centro y a moverse de forma independiente con el metro. Acompañados de la monitora canadiense fuimos a Nathan Square, una de las plazas más importantes de Toronto, en la que se encuentran las letras grandes que pusieron para los juegos panamericanos de 2015 y que, tras el éxito obtenido, siguen decorando la plaza y son objeto de cientos de fotos cada día.
El martes, tras las clases, tuvimos la suerte de tener un día despejadísimo para poder apreciar las vistas desde la CN Tower (sí, sí, esa del ¿qué se ve desde la torre más alta de Toronto? Los estudiantes pudieron disfrutar de un rato libre para hacerse las fotos pertinentes y pasear a sus anchas por la torre. ¡Nos lo pasamos genial!
El final de semana nos estaba preparando actividades culturales y típicamente canadienses. Por un lado, The Hockey Wall of Fame, un museo dedicado al hockey, en el que pudimos ver equipaciones antiguas, trofeos, fotos e incluso pararnos un par de penalties virtuales. Por el otro lado, el viernes pudimos disfrutar de una interesante visita al Parlamento de Ontario, donde aprendimos el funcionamiento del sistema político canadiense.
Pero el sábado llegó lo mejor, la esperada visita a las cataratas del Niágara. Bien temprano nos subimos todos en un autobús que nos llevó primero a Niagara-on-the-Lake, un pueblito con aires coloniales británicos en el que pudimos darnos un paseo para observar su interesante arquitectura y comer tranquilamente en uno de sus cuidados parques. Después fuimos a Niagara Falls. Con sólo bajarnos del autobús, ya nos inundó una emoción enorme, ¡las cataratas eran espectaculares!
Una de las atracciones más típicas y más recomendables de Niagara Falls es el Hornblower, un barquito que te acerca lo máximo posible a las cataratas para que, casi desde abajo, se pueda observar lo impresionante de esta magnífica obra de la naturaleza. Tras un ratito de cola, por fin pudimos subirnos al barco. ¡Los estudiantes no salían de su asombro!
Por último, para rematar ese perfecto sábado que estábamos teniendo, fuimos todos juntos a un famoso outlet, en el que pudimos encontrar un montón de gangas :)
El domingo lo aprovechamos para descansar un poquito y recargar las pilas, que esta semana se presenta incluso aún más movidita que la anterior. Los días vuelan y no queremos ni pestañear para no perdernos nada de esta impresionante ciudad.
Los chavales están disfrutando un montón, aprendiendo muchísimo inglés y empapándose a tope de la cultura canadiense.
Os mando un abrazo,
Paula












